miércoles, 24 de agosto de 2011

¿A dónde van a parar los votos de Peteco, Paco y Fernando?


¿A dónde van las palabras que no se quedaron?
¿A dónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas,
como prisioneras de un ventarrón?
¿O se acurrucan, entre las rendijas, buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales,
cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y a dónde van?
¿A dónde van?
(Silvio Rodriguez – “¿A donde van?”)



El 23 de octubre los quinenses concurrirán a votar en las elecciones generales para elegir intendente. La pregunta que todos se hacen es ¿quien ganará la elección? Pero para empezar a responder esta pregunta yo me animo a hacer otra....
¿A donde van los votos de Sergio Alvarez, Fernando Tarazi y Paco Macías?

El 14 de agosto fueron a votar un poco mas de 4500 electores. De esos votantes, casi 3000 votantes se decidieron por Sergio Alvarez, Fernando Tarazi o Paco Macías, que entre los tres obtuvieron una cifra superior al 60 % de los votos.
Una cifra nada despreciable de votantes que deberán cambiar de candidato rumbo a octubre.
¿A donde irán esos votos?

En estos momentos, Gomez encabeza en el imaginario colectivo con cierta ventaja las preferencias de los votantes. No obstante, pudiera existir la posibilidad de reversión del resultado, si la gente que votó a otros candidatos de Compromiso Federal se olvidara del partido o decidiera votar con las heridas abiertas.
Esa situación está algo lejos. No es imposible. Todo indica que depende de los tres candidatos que quedaron afuera en las primarias. O mejor dicho, de los electores que en agosto votaron a Peteco, Paco o Fernando.
En definitiva, luego de una interna feroz del Compromiso Federal, la gran pregunta que surge es si los votos de aquellos que resultaron derrotados en la interna se alinearán tras Julio Gómez, el ganador de la contienda, o bien, si elegirán como destino alguna de las opciones de la oposición.
En primera instancia, esta especie de “segunda vuelta” debería beneficiar al candidato que esté más cercano ideológicamente de los votantes de los candidatos que quedaron excluidos de la segunda ronda. En su defecto, debería beneficiar al candidato que genere menos rechazo en esos simpatizantes.
Se abre un signo de interrogación gigante.
Así, esta especie de “segunda vuelta” obligará a un reacomodo de las preferencias electorales.
¿Se cicatrizarán las heridas del 14-A? ¿Puede existir la posibilidad de que Gómez haya tocado el techo electoral de los 1200 votos y que haya un redireccionamiento hacia candidatos que obtuvieron muchos menos sufragios? O por el contrario, ¿crecerá exponencialmente el caudal de votantes de Gomez?
Espero con atención y mucho entusiasmo las estrategias de Roberto Chacón y Mario Ibañez buscando aliados rumbo a octubre, y a la vez, las acciones del gran favorito, para mantener la ventaja.